En Corto


DOÑA PANCHA QUIERE REGRESAR…¡POR MÁS!

Por Carlos González Muñoz

La señora María Francisca Covarrubias Sánchez, ex directora de Finanzas del Congreso de Baja California Sur, es un buen ejemplo de un mal servidor público.

El fin de semana trascendió que la ahora ex funcionaria tiene fincada una demanda laboral en contra del Poder Legislativo local, en la que además de reclamar una suma millonaria superior a los siete millones de pesos “ por despido injustificado”, exige ser reinstalada en el cargo.

César Iturralde García, abogado y asesor externo del Poder Legislativo, informó a reporteros de la prensa local que la señora Covarrubias Sánchez, está exigiendo una indemnización superior a los siete millones de pesos por un supuesto despido injustificado, argumentando que la suma se calculó, “en proporción al sueldo que recibió, el cual representó un ingreso superior a los 300 mil pesos mensuales”.

Leyó usted bien: percepciones mensuales superiores a los 300 mil pesos. ¿ y quién autorizó el monto? ¡Pues ella misma! ¡faltaba más!

De confirmarse el dato, la señora Covarrubias sería una estafadora confesa porque habría estado cobrando mensualmente una cantidad de dinero muy superior a las percepciones que recibe un diputado, hecho no solamente escandaloso sino ilícito e inmoral porque exhibe la corrupción que privó en legislaturas pasadas, además de ser un ejemplo que pinta de cuerpo entero al típico funcionario que llega al servicio público con el propósito de enriquecerse y convertir a la administración pública en un botín.

Auténticos piratas, saqueadores de las arcas públicas.

La defensa, dice el abogado, “se prepara para evitar que la demanda laboral de la ex funcionaria vaya a resultar en una fuerte repercusión económica al erario”, porque la demandante exige que la indemnización se calcule a partir de su sueldo mensual de 300 mil pesos, reclamo injusto porque el demandado es un Poder público y no una empresa particular.

Si acaso la señora Covarrubias gana la demanda laboral, será el pueblo quien finalmente pague los platos rotos y también el más perjudicado porque es del presupuesto público de donde tendrían que salir los recursos financieros para poder cumplir los caprichos de la ex funcionaria.
Pero ella no solamente quiere la indemnización: Exige ser reinstalada porque quiere regresar por más.

El cinismo, la avaricia no tienen límite.

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