
PODER DESDIBUJADO EN BAJA CALIFORNIA SUR
Por: Armando León Lezama
Hay una DISTANCIA NO SANA, entre habitantes de la jóven entidad, incluída en el pacto federal entre Estados miembros de la república mexicana, desde hace 47 años y el ente que administra, opera, y lleva el día a día del funcionamiento del poder político – el gobierno -.
Pareciera que al gobierno no interesa una vinculación efectiva, viva, activa con la población.
No le interesa al gobierno, asumir un liderazgo obligado por su condición de transformador y regenerador del andamiaje de la ley, para tener un sistema económico, social y político, DE AIRES NUEVOS.
No asume su papel protagonista de llevar más allá del intento, lograr hacer cultura de la democracia participativa, en su andar, en la geografía Sudcaliforniana.
Se queda en discurso, eso de «con el pueblo, todo; sin el pueblo nada».
El ¿cómo éres?, ¿cómo crées que éres? y ¿cómo te ven?, están dispares.
El gobierno del Estado, va anclado al proyecto Titánic del gobierno federal.
Como en los tiempos del centralismo gobiernista mexicano.
No hay autonomía como Estado libre y soberano; más bien, el aparato del gobierno sudpeninsular actual – 2021 – 2027 -, se entiende, accionan, como huestes del presidente AMLO.
Se percibe, un gobierno desdibujado, que realiza la tarea distractora de reinventar el aplauso al presidencialismo.
Porque la naturaleza de la revocación del mandato popular, es hacer valer la soberanía de un pueblo para quitar del cargo por pésima rendición de cuentas a quien se le ha perdido la confianza; no un alza voz para que no se vaya.
La revocación es enojo social.
El gobierno se desdibuja, no solamente por distrserse de su misiones principales.
Lo hace también, cuando su voz oficial, no llama a nada, no tiene mando, ni mucho menos liderazgo.
Solo se escucha, entre la multitud de voces de la población, como parte del cuchicheo cotidiano.
Pasándo de grupo de avanzada en la lucha libertaria del pueblo Sudcaliforniano; a meramente, administradores de lo que no es suyo.
Gobierno de paso, en estricto.
Es entonces, que desde lo aparentemente no importante; pero significativo, debe esbozarse una personalidad de legitimidad, empezando por el gobernador – Víctor Castro Cosío -:
Entrar y salir por la puerta de enfrente; no por el traspatio.
Ser honorable, amable y amigo de la población; no pedante, insultante y bufón.
Ir más allá de un plan de desarrollo estatal en el papel; mejor, abrir en 2022, hasta el último día de su encomienda, más perceptivos y sensibles, los oídos, ojos y sentidos, para mandar obedeciendo.
Reconocer que AMLO tiene más corto el camino que el gobierno Sudcaliforniano; mejor, hágase auténtico aliado de la población que representa.
Ya que sin el pueblo y sin los pobres, ustedes como políticos y autoridades, no llegan muy lejos.
Entonces, gobernador y gobierno del Estado de Baja California Sur, no seamos copia al carbón; mejor, seamos un solo equipo: gobierno y población.