
Por Carlos González Muñoz
EL INE REDUCE LA DEMOCRACIA A UNA TERCERA PARTE
El próximo domingo 10 de abril las y los mexicanos mayores de 18 años de edad seremos los actores protagónicos de un acontecimiento democrático sin precedentes en la historia del país.
Ese día vamos a poder ejercer por primera vez el derecho soberano que tiene el pueblo de revocar el mandato de un Presidente de la República por pérdida de confianza, en caso de que una mayoría de quienes acudan a las urnas ese día así lo decida.
Por supuesto que este ejercicio democrático incluye también la opción de votar para que el Presidente de la República se quede y continúe al frente del gobierno hasta concluir su periodo, si así lo decidiera una mayoría de ciudadanos, lo que convertiría a este ejercicio en una ratificación de mandato, en un reconocimiento del pueblo al trabajo y resultados de un gobierno, como es el caso del presidente Andrés Manuel López Obrador quien cuenta con un alto índice de aceptación a la mitad de su periodo, razón principal para que el INE esté intentando de nuevo impedir que los ciudadanos expresen masivamente su respaldo a quien encabeza la Cuarta Transformación.
El Instituto Nacional Electoral, INE, es el responsable de que esta jornada democrática sea un éxito y su obligación constitucional consiste en asegurar la participación del mayor número posible de electores y la única manera de lograrlo es instalando el mayor número posible de casillas y también, ubicarlas en lugares de fácil acceso y visibilidad, sin escatimar los recursos que se requieran para garantizar ese día un ejercicio democrático digno, confiable, ejemplar.
Lamentablemente no es el caso.
A contrapelo de toda lógica, los consejeros del INE decidieron instalar ese día solamente el 30 por ciento del total de las que se instalaron en el año 2018, cuando se realizaron las elecciones federales, una decisión inexplicable porque el INE en lugar de promover la democracia y la participación ciudadana, la propia autoridad electoral está colocando “piedritas” a esta, un verdadero atraco.
Baja California Sur, entidad federativa cuya geografía y dispersión poblacional la hace diferente a otros estados del país, es tal vez uno de los mejores ejemplos que exhibe la torpeza de esta decisión en toda su magnitud.
Por ejemplo, si usted vive en la población de Punta Abreojos ubicada en el litoral del Océano Pacífico, en el municipio de Mulegé, y desea votar el 10 de abril a favor de que AMLO se quede, tendrá forzosamente que madrugar y desplazarse hasta San Ignacio, población 100 kilómetros distante del domicilio familiar, dos horas en automóvil, quinientos pesos de gasolina.
Otro ejemplo es la ciudad capital de La Paz.
Cuando el INE “organizó” la consulta ciudadana para enjuiciar a los ex presidentes, en agosto de 2021, experimento democrático que también boicoteó, una familia simpatizante de Morena que vive en un domicilio cercano a la tienda Ley Express, se vio obligada a desplazarse desde la colonia Miramar hasta la colonia Olas Altas, distante casi veinte kilómetros, perdiendo otra hora en localizar la casilla correspondiente, escondida en los límites de dicha colonia y a sólo unos pasos del monte. ¡Qué tal!
No cabe duda que la máscara de “árbitro” se le ha caído a la autoridad electoral y despojado de neutralidad, el INE ha optado por ponerse la camiseta del equipo opositor al actual Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Si bien el INE tiene el próximo 5 de marzo como fecha límite para ratificar o en su caso rectificar esta determinación, muchos dudamos de la voluntad y disposición del consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, para aceptar su error y ordenar en el último minuto que se aumente la cantidad de casillas a instalar porque lamentablemente el amor a la democracia y a la autocrítica no figuran en la lista de sus cualidades y virtudes.
El INE ha colocado muy alto la canasta de los huevos con el propósito evidente de evitar que la población los alcance y coma. No importa. Ya sabemos de sus malas mañas. Y nos comeremos todos los blanquillos.
Se necesita ser muy tontejo para NO entender que el problema de origen se llama Andrés Manuel López Obrador, él ordenó que le quitaran presupuesto al INE. Ahora quiere a capricho se realice su consulta SIN el presupuesto necesario.
Se hará lo que el presupuesto asignado permita. Pero la idea es desaparecer el INE y que las elecciones se manejen desde Palacio Nacional por medio de la Sria. De Gobernación.
Es la neta.
Sigue usted con el mismo tema Señor Gpnzalez Muñoz, ya superelo señor: mire usted le propongo una cosa; vaya usted a darse una vuelta por el serpentario, creo esta ubicado cerca del hotel la posada, y si le gusta quedese,alli.
Se necesita ser muy tonto para no darse cuenta que la revocación de mandato es una farsa. Primero, la promovió el propio Presidente y el partido MORENA, Segundo, Que Presidente promueve una revocación con el porcentaje de aprobación que tiene AMLO? Tercero, se requiere el voto de 37 millones de votantes para ser vinculatorio, el cual obviamente no se alcanzará. Por tanto, es solamente una farsa para satisfacer el ego de AMLO y salga a decir, que la gente quiere que se quede. Así que señor González Muñoz, no sea chayotero que los sudcalifornianos no somos tontos.