
Amlo el sofista
Antonio Ceja
Se conoce como sofisma al argumento o raciocinio falso, formulado con la finalidad de inducir al adversario en error.
El presidente López Obrador volvió a dar cátedra de ignorancia al referirse como “sofisma” a la implementación de esquemas para producir energías limpias como respuesta a una carta enviada a su gobierno y publicada en varios periódicos internacionales en donde varios congresistas estadounidenses le hacían ver la necesidad de respetar los acuerdos energéticos plasamados en el T-MEC y que fueron signados hace algunos meses.
Lo anterior, prevé que nuestro país estaría condenado a fomentar, inútilmente, la industria doméstica en materia de generación de energía mediante obsoletos esquemas que, además, generan contaminación.
Dentro de un mundo donde las energías renovables son prioridad, México se aferra, enarbolando un nacionalismo irracional, a la idea de que la paraestatal CFE tiene la capacidad de generar la energía que requiere el país para crecer y competir en el ámbito internacional destinando miles de millones de dólares al sector energético del Estado el cual se encuentra en franca decadencia pero que, desde la perspectiva de López Obrador, esa industria puede ofrecer una autosuficiencia energética capaz de cubrir la demanda nacional.
López Obrador es terco, lo sabemos, pero es muy peligroso y preocupante que no sepa distinguir la imperiosa necesidad de adoptar estrategias que permitan a los particulares invertir en energías limpias, más baratas y ecológicas y el beneficio a largo plazo que eso significa. Para el presidente mexicano CFE y PEMEX siguen siendo la única opción energética para el país. Endeudadas e inoperantes, ambas paraestatales ya han sido declaradas inviables, por si solas, para garantizar de manera eficiente el suministro de energía eléctrica y de combustibles lo que pone a nuestro país en franca desventaja ante el resto del mundo.
Por si fuera poco, y en respuesta a la carta enviada desde el Congreso estadounidense, López Obrador sale con la ocurrencia de calificar a las energías renovables de ser un sofismo en clara alusión a su propia ignorancia respecto a las ventajas de adoptar mecanismos eficientes y ecológicos para generar energía eléctrica. Desde su punto de vista, las energías renovables parecen ser iguales a las tradicionales y por ello no siente la necesidad de adoptarlas y menos, cuando son empresas extranjeras las que lo ofrecen; así de cerrado el intelecto de López Obrador.
Ataque
Además, en otra preocupante reacción a la carta de los estadounidenses, el presidente mexicano hizo hincapié de que México seguirá produciendo energía a base de carbón anunciando la compra de decenas de miles de toneladas de ese combustible no renovable en apoyo a los productores de este anteponiendo insignificantes beneficios a las enormes necesidades energéticas del país. Lo anterior, pondría a México como una nación que no trabaja para fomentar el uso de energías renovables y podrá ser calificado como una nación poco viable para la inversión que, aunado con la crisis económica provocada por la pandemia y el asalto a los dineros públicos para ser destinados a inútiles programas sociales, se suma un oscuro panorama internacional para México por no cumplir los acuerdos del T-MEC dibujando otra raya más al desvencijado tigre que representa el presidente.