Por Víctor Octavio García
El “maximato” de Maximino
Por lo que se ve levantó ámpula trastocar los intereses de quienes pretenden seguir viviendo y medrando al amparo del confort que dan las cuotas de los agremiados y los acuerdos en lo oscurito de “lideres” sedicentes y gandallas como “Gil Murillo” y Maximino Iglesias Caro; un Gil Murillo ya muy descobijado que también bajo el anonimato de este nombre se escuda una de las calamidades más grandes que ha tenido el Sindicato de Burócratas en La Paz, y por el otro lado un Maximino Iglesias Caro que ya ha optado por jubilarse al igual que “Gilito” sin renunciar a sus pretensiones de seguir manipulando e imponiendo dirigentes en el organismo sindical, de suerte que hoy por hoy, la unión copular y complicidades de estos personajes ha procreado o dado fruto en la persona de Mauricio Higuera que obedeciendo las instrucciones de estos mafiosos, ha iniciado una campaña para posicionarse en el ánimo de la burocracia con ofertas según él muy revolucionarias, ofreciendo el oro y el moro que luchará y de llegar se desangrará el alma por continuar con la lucha de que las plazas continúen siendo heredables, en un afán de creerse dirigente de facto ya está proponiendo a la base sindicalizada que someterá a votación a la empresa que se hará cargo del programa de lentes de aumento a bajo costo y de calidad para los agremiados, o sea, está poniéndose el abrigo antes de matar al oso, ofrece igualmente total transparencia y honestidad cuando llegue a ocupar la Secretaria General del Sindicato, ofertas que no causan mayor impacto ni motivan a los burócratas que están más ariscos y desconfiados ante promesas incumplidas de tanto oportunista que han desfilado por la representación sindical.
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