Por Luis Roldan

Mucho se especula sobre si Edmundo Salgado Cota debería de dejar el Comité Directivo Estatal del PRI en Baja California Sur, o no, al considerar, que tras la derrota obtenida en las pasadas elecciones a nivel nacional, el Partido Revolucionario Institucional debería renovarse o morir.

El PRI en el Estado, se encuentra todavía sumergido en un proceso de “análisis interno” el cual, no le ha permitido abanderar las causas sociales importantes, dejando a la deriva a sus militantes, pero sobre todo a sus representantes en los Ayuntamientos y en el Congreso del Estado, quienes se encuentran en una guerra sin cuartel, donde la imposición de los gobiernos de la alternancia aplasta a las minorías.

De ahí que pretender endosar la responsabilidad a un solo hombre, no es la solución a los problemas, en este caso, la falta de liderazgo al interior del Partido Revolucionario, se ve reflejada en el desinterés de su militancia ante los temas sociales, negando realidades adversas como la seguridad.

Mientras tanto los militantes del partido Acción Nacional festejan, los triunfos obtenidos a nivel nacional, como si eso beneficiara a nuestro Estado y resolviera todos nuestros problemas, lo cual solo te deja ver, que el gobierno actual, solo se fija en “los pesos” y no en “los centavos”.

Los tiempos de la política son otros, hoy se necesita de políticos con voluntad y compromiso, con ganas de hacer bien las cosas y no de partidos políticos que tengan una sólida estructura partidista.

Recordemos que el actual dirigente del partido, Edmundo Salgado Cota, se encuentra cubriendo de forma interina la dirigencia del partido, tal y como lo señalan los estatutos, misma que termina en el año 2017, por lo que es poco probable que antes de esa fecha se diera un cambio en la dirigencia del partido.

Será el 2017 cuando se empiecen a tomar algunas decisiones importantes al interior del Partido Revolucionario Institucional, las cuales determinaran el rumbo que abra de tomar en el proceso local y federal 2018; esperemos para ese entonces que el PRI logre consolidarse como un partido institucional y de unidad y no como un partido dividido por grupos políticos que solo buscan fracturar una institución.