* El padre Alejandro Solalinde Guerra en solidaridad con Todos Santos y Sudcalifornia
Por Domingo Valentín CASTRO BURGOIN
Este sábado, mi amigo Ariel Ruiz Castillo, líder de la asociación civil «Agua Vale Más Que Oro» y de los pescadores enfrentados con el proyecto turístico Tres Santos, me corrió la invitación para saludar al mundialmente conocido defensor de los derechos humanos de México y de los migrantes centroamericanos que buscan cruzar a Estados Unidos, el padre Alejandro Solalinde, quien acudió solidario a Todos Santos a un Congreso Ciudadano.
Ariel le comentó de uno de mis libros relativos a la historia política local, a lo cual el legendario defensor de los derechos humanos se interesó, y tuve la oportunidad de saludarlo y entregarle mi primer libro, editado en 1990 y reeditado en el 2014.
Acudí acompañado de mi esposa Cristina y mis hijos María José, Domingo Valentín y Juan Pablo, y tuvimos la oportunidad de intercambiar comentarios con él por unos cuantos minutos.
Llegamos casi al término de la reunión que el padre Alejandro Solalinde sostuvo con los líderes, los pescadores y sus familias que con ellos se han solidarizado en el plantón que tienen en la entrada a la playa Punta Lobos en Todos Santos, impidiendo el paso al proyecto turístico Tres Santos. Mucha gente del pueblo, amas de casa, dos diputados locales, algunos profesores de la vieja guardia de la izquierda magisterial, jóvenes ecologistas, que se arremolinaban para escuchar el diálogo, se dieron cita en un improvisado escenario donde el padre Solalinde escuchó los problemas, la forma en que se han enfrentado con la empresa, la respuesta del gobierno y de los grupos policiales. Después de que el sacerdote expresó su solidaridad con el movimiento y sus consideraciones sobre la estrategia de lucha y los puntos claves que debieran cuidarse, el mexiquense legendario degustó con ellos el «pan y la sal», desde luego pescado, recién sacado de una «disca», preparado por un grupo de solidarias mujeres todosanteñas, como dicen luego, «del mar a su mesa»; y sin que nadie lo dijera, privó en el ambiente el mensaje bíblico archiconocido, cuando Jesucristo hizo el milagro de con tan solo unos cuantos panes y pescados, alimentó a unos cinco mil de sus seguidores y aún sobró para llenar doce canastos. (San Juan 6, 1-15).
No obstante el fuerte sol, escasamente atenuado por unas enramadas de lonas de plástico, los participantes seguíamos atentos los pasos, las palabras y los gestos del padre Solalinde.
Solalinde es un hombre carismático, delgado, de baja estatura, pero con una gran inteligencia y un mayor corazón; el mismo con el que ha servido a grupos humanos, mexicanos y latinoamericanos, que han padecido el hambre y la discriminación, y que por su labor como luchador social, más que como presbítero católico, ha sido no pocas veces amenazado, pero que no obstante estas intimidaciones no le han hecho mella y jamás se ha detenido ante ellas. Todo lo contrario, su trabajo incesante le ha hecho acreedor al Premio Nacional de Derechos Humanos y a decenas de reconocimiento por su labor, valiente y justa.
Desde luego que llama la atención el que un personaje de este nivel, se encuentre en Baja California Sur, y por supuesto que su presencia hace trascender a escala nacional tanto al Congeso Ciudadano de Mega Minería, Mega Desarrollo y Derechos Humanos celebrado este fin de semana en Todos Santos, como la lucha férrea que se ha estado dando, unas veces en las calles, otras en la sede del ayuntamiento de La Paz, la misma que sigue en los tribunales federales, y la que está por librarse en unos días en el Congreso del Estado, ante la resolución que el poder legislativo deberá dar a las denuncias de juicio político de los miembros del Décimo Cuarto Ayuntamiento que encabezó Esthela Ponce Beltrán, actual diputada federal priísta.
De ahí que Solalinde, hombre tan admirado no puede pasar desapercibido por nadie, menos por los hombres del poder local, económico y político, porque él ha preferido el voto de pobreza y el servicio a los humildes y marginados. Lo ha hecho contrariamente a lo que otros clérigos, incluso de la cúpula, alejados del que debiera ser indiscutiblemente su apostolado al servicio de los pobres, como bien fustigó el Papa Francisco en su reciente visita pastoral a México, han optado por aliarse al poder económico y al poder político imperante, que servir a su ministerio, y con ello desvirtuar el ministerio teológico, el ejemplo y la donación de la vida de Jesucristo, que concluyó en El Gólgota en la forma más cruel y condenable.
Tengo la certeza de que el padre Solalinde fue informado tanto de la situación de estas luchas del pueblo sudcaliforniano, principalmente de los municipios de La Paz y de Los Cabos, antes de acudir a este Congreso Ciudadano y al plantón que se mantiene en Tres Santos. Creo también que está informado de la labor misional de los jesuitas que lograron iniciar la evangelización en la península de la Baja California, los obstáculos que enfrentaron y el proyecto de comunidad que pretendieron fundar inspirados en una sociedad modelo, quizás influidos por San Agustín y Tomás Moro. Seguramente le comentaron de la rebelión que nuestros indígenas, principalmente pericúes, protagonizaron en 1734, y que ocasionó la muerte de los misioneros de Santiago y San José del Cabo. Independientemente de lo distinto de los motivos de las luchas de aquella rebelión indígena, como de las luchas sociales actuales de nuestra gente, el padre Solalinde, tiene presente que en Baja California Sur, como en distintas regiones del país, siguen imperando condiciones de marginación y problemas que deben atenderse urgentemente, para evitar mayores polarizaciones sociales, enfrentamientos y violencia. Y atender a la conciliación y a la tranquilidad social puede lograrse si reconocemos todos que la esencia del Estado democrático de derecho, teóricamente fue pensado para servir al interés general y no someterse al interés particular, de grupo o de facciones. Luego entonces, bienvenido el padre Alejandro Solalinde Guerra, a esta tierra de misiones, de mar y golfo con blancas arenas, de desierto y de oasis, de cactus y de islas, de amor y de esperanza, de presente y de futuro, tiempos que sin exagerar están en nuestras manos y en nuestro corazón.
Como colofón, pero no menos importante, debo expresar que a Ariel, como le decimos, es un joven que conocí hace unos seis años, cuando se iniciaba la lucha contra los proyectos de mega minería tóxica, los mismos que cambian de nombre buscando engañarnos, y que tercamente ambicionan explotar oro en la Reserva de la Sierra de La Laguna, a costa de nuestra agua y de nuestra vida.
Curiosamente, por su edad, Ariel ni podría ser ni mi hermano, ni mi hijo, pero hay un gran afecto recíproco, que fluctúa entre ambas circunstancias. Él es un luchador social que ni se rinde, ni traiciona, ni busca dinero, ni poder, por lo tanto, ni fama. Varios somos los que le insistimos en que debe incidir en la política electoral porque no son pocos los que llegan a cargos públicos, y no solo reniegan de su origen y de los compromisos que hicieron, y de ellos existe un hartazgo desmedido que ha ocasionado que en Baja California Sur la alternancia haya sido el camino de miles de ciudadanos que han votado por partidos políticos que en esencia teórica y doctrinaria son antagónicos, pero en el ejercicio del poder, pocas son las diferencias. Gente como Ariel, pudieran ser una de las opciones para buscar una representación popular, por la vía de las candidaturas independientes, que diera resultados, y sobre todo, que garantizara no traicionar los intereses populares de los sudcalifornianos.
# Sus comentarios y sugerencias las recibo en mis correo: civitascalifornio@gmail.com; y valentincastro58@hotmail.com
Como es de costumbre de los manipuladores. Trasviñas .se quieren valer de un pobre padre que ni conoce ni sabe como es la situacion en los pueblos del sur .ni entiende de mineria.mientras sea legal y se lleven las normas y leyes de la dependencias correspondiente se hara.auque griten los mariguanillos.que se creen ambientalistas.ja.ja.ja.
De pronto se quedaron callados todos los Tres-santos-bots y funcionarios de segunda vendidos a Salinas de Gortari. Por que no hablan ahora? Que les impide externar sus opiniones y ataques personales a quienes defienden a los pescadores y al pueblo de Todos santos? Hablen viboras, hablen!!
Ni despista que eres pejelocobot…jaja punchi fanaticos comunistoides
Qué bueno que vino el
Padre Solalinde; ojalá también voltee a ver a los más marginados del sector productivo, a los muchachos de la
Construcción y del campo y no sólo a los abogados corruptos fascisctas que se creen la última coca cola del desierto y se pasan vendiendo terrenitos en los cerritos a gringos; arriba los Oaxacos, Poblanos, Veracruzanos que también somos mexicanos y señor periodista le voy a decir algo; cada vez que el movimiento ese que trae el Ariel sostiene que NO SOMOS GENTE DEL PUEBLO PORQUE NO NACIMOS AHÍ , QUE NUESTRA OPINIÓN NO CUENTA Y PISOTEA NUESTROS DERECHOS CON MOVIMEINTOS CIUDADANOS BLOQUEANDO EL PROGRESO, TRABAJO , SUSTENTO DE NUESTRAS FAMILIAS Y ATACA DICIÉNDONOS IGNORANTES, VENDIDOS , LAMBISCONES ARRASTRADOS , su amigo demuestra la peor de las peores caras que un ser humano puede tener, LA FALTA DE AMOR y COMPASION POR EL PROJIMO.
VIVA MÉXICO .